«Es necesario un modelo de desarrollo alternativo». Entrevista con Victoria Palmera
Uno de los principales retos que tiene el país en la actual coyuntura tiene que ver con la consolidación del proceso de diálogos que adelanta el Estado con las FARC en La Habana, y con el ELN en Ecuador. De dichos procesos puede derivarse un proceso de democratización de la sociedad colombiana. Sin embargo, para que dicha democratización sea real, es necesario superar la estigmatización a la cual han sido sometidas las organizaciones insurgente, para escucharlas, conocer sus perspectivas políticas, sus visiones sobre el conflicto, y sus propuestas para el país.
Enmarcado en esta intensión, la Red CEPELA estuvo conversando con Victoria Palmera, comandante de las FARC-EP, miembro de la Delegación de paz de dicha organización insurgente y de la subcomisión de género de la mesa de conversaciones de La Habana. En esta entrevista, Victoria Palmera nos habla sobre las propuestas de las FARC-EP en relación al modelo de desarrollo; la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente; y el papel de las mujeres en la guerra insurgente y en la lucha social.
Red CEPELA: Nos encontramos con Victoria Palmera, con quien vamos a conversar cuáles son las perspectivas de las FARC frente al tema de participación política, así como su visión sobre el tema de plebiscito o constituyente.
Buenos días Victoria
Victoria Palmera: Buenos días.
Lo primero es que desde un primer inicio hemos expuesto la posición de las FARC en la mesa de conversaciones alrededor de la necesidad urgente para Colombia de una Asamblea Nacional Constituyente, y esto no es un asunto de capricho sino de acuerdo a las necesidades que hemos podido identificar en el desarrollo de los diálogos.
Si bien saben la mayoría de colombianos y colombianas que en el proceso de conversaciones que hemos venido realizando ya por más de 3 años, tenemos una agenda bastante limitada compuesta por seis puntos que le da un espacio definido a los debates que queremos abordar pero que ya con el avance del proceso de paz, con el logro de varios acuerdos de manera parcial como en el tema del primer punto, que fue el tema agrario, el segundo punto que fue el tema de participación política, el cuarto punto que es sobre cultivos de uso ilícito, el punto quinto que duró más de año y medio la discusión alrededor de este punto, que es el tema de víctimas y que estamos en simultánea hace también más o menos un año. Estamos en la discusión del punto fin del conflicto y quedaría pendiente además de las salvedades, es decir de unos asuntos pendientes en los puntos anteriores de los que se ha logrado un acuerdo parcial, nosotros hablamos de acuerdos parciales, quedaría pendiente definir varios aspectos en materia del punto fin del conflicto y en el punto de verificación, implementación y refrendación de los acuerdos.
Uno de los principales argumentos de porqué una asamblea nacional constituyente, es que conocemos la clase política y la elite colombiana y lo que han significado otros procesos y acuerdos de paz, como el acuerdo de la Uribe o lo acuerdos que se establecieron con el M-19 y con otras organizaciones. No obstante que en el 91 se hizo una asamblea nacional constituyente, esos acuerdos luego no tuvieron la validez ni el seguimiento, porque no se convirtieron en políticas de Estado y entonces correspondían más al criterio de un gobierno, del gobierno que estaba de turno y no a que fuera una política de Estado que recogiera el querer nacional frente al tema de la paz; y si queremos llegar realmente al fin del conflicto en Colombia tiene que haber un compromiso de toda la ciudadanía o de todos los colombianos y las colombianas. Es cierto que este proceso ha sido inicialmente un proceso entre las FARC y el gobierno de Colombia, pero que tiene que involucrar a toda la sociedad, y para involucrar a toda la sociedad pues tiene que haber un mecanismo donde sea el constituyente primario el que determine -que es lo que queremos- qué tipo de paz queremos construir y qué apoyo real se le puede dar a los acuerdos que aquí se lleven.
RC: Dentro del movimiento social en Colombia parece haber una confusión: algunos dicen que las FARC apuesta por el plebiscito; otros dicen que apuesta por el tema de constituyente y no hay claridades sobre cuál es la apuesta inicial o cuál es ese primer paso que se quiere dar.
VP: Insistimos en la constituyente por varias razones, no solamente por la refrendación de esos acuerdos que te estoy diciendo. Creemos que es fundamental que estos acuerdos sean elevados a acuerdo especial, es decir, que no se puedan modificar y que todos los gobiernos, el Estado en su conjunto, estén obligados a cumplirlo y esto, insistimos, sería a manera de una asamblea constituyente. Segundo, es que no todo se ha logrado ni se va a lograr, incluso ni siquiera todos los puntos de la agenda se van a lograr definir en el acuerdo que llevamos, porque hay cosas en las que no nos vamos a poder poner de acuerdo; por ejemplo, sobre el modelo económico, el gobierno no ha querido abordar estos temas; no más en el punto agrario está el tema de latifundios; el tema minero, de la mega minería; el tema ambiental; el tema en general del modelo económico y el modelo de desarrollo que tiene este gobierno y que han desarrollado los anteriores gobiernos a partir de la globalización, de la apertura económica, desde 1990 incluso.
Entonces, si Colombia quiere construir la paz realmente, tiene que establecer un modelo económico alternativo al neoliberalismo, que no puede ser sobre la política neoliberal. Y eso no es posible hacerlo en la mesa, no es posible hacerlo en un proceso de paz, no ha sido posible lograrlo en las luchas sociales que adelanta el movimiento popular en Colombia, entonces, sería en una Asamblea Constituyente que nos diera esa posibilidad de una participación nacional.
Tercero, como decía, la agenda ha sido limitada, entonces hay otros aspectos que no están recogidos en la agenda y que tendrían que ser abordados en la nueva constitución. Por ejemplo, por ejemplo lo que padece Colombia en el tema de las mujeres, esa victimización que hay tan elevada frente a las mujeres, es una cosa que tiene que abordarse y tiene que abordarse con toda la sociedad y tiene que estar a un nivel político de una constituyente, de una nueva constitución. Entonces, son muchos temas los que habría que abordar en una Asamblea Constituyente.
Ahora, que si en este momento frente al proceso cómo hacemos, una asamblea, un referendo o un plebiscito, o cuál es el mejor mecanismo, eso no está definido todavía, el gobierno adelanta su famoso proyecto, de manera unilateral, pues no ha sido concertada en la mesa y tendrá que salir de la mesa.
Nosotros, las FARC, proponemos la asamblea nacional, entonces tendremos que llegar al debate en la mesa a ver a que se concrete. Mejor dicho, la constituyente tiene que ser ahora o más a delante, pero tendrá que llegar el momento en que hay que definir una constituyente si queremos lograr y alcanzar la paz, realmente la paz estable y duradera para Colombia, la paz con justicia social, porque de lo contrario no habrá otro mecanismo en que involucremos a toda la sociedad. Pero con respecto a los acuerdos, pues habrá que mirar qué sale de la mesa: están las dos propuestas y no podría decir nada más porque en estos momentos apenas está el debate y no se ha definido.
RC: Hay un punto que tocas alrededor del tema de desarrollo y últimamente se ha puesto un debate en América Latina en torno a que la izquierda en el continente o los gobiernos progresistas se tragaron el paradigma de desarrollo. Y cuando se habla de que se tragaron el paradigma de desarrollo, es que fundamentaron muchos de sus ejercicios políticos en el crecimiento. Por ejemplo, en el caso de Venezuela, alguna crítica que hace el profesor Lander es sobre el tema rentista petrolero; algunos críticos o estudiosos de la problemática en Ecuador dicen cómo Correa se ha vinculado mucho al tema del modelo extractivista para sustentar sus políticas; frente a Morales se habla del gas. Entonces, se ha dicho que pareciera que la izquierda progresista se tragó ese paradigma de progreso. ¿Cuáles son las reflexiones que han hecho las FARC frente a las discusiones sobre alternativas del desarrollo? ¿Dónde están sus principales debates o qué se han pensado? ¿Se han pensado algo al respecto de eso?
VP: Si revisan los acuerdos, especialmente el acuerdo agrario, el de participación política, el de cultivo, en general, todos los acuerdos que hemos logrado, están dirigidos a alcanzar una paz con justicia social y cuando hablamos de paz con justicia social estamos hablando de la garantía de los derechos de las personas, de hombres y mujeres, de la satisfacción de las principales necesidades que tiene la sociedad colombiana y hablamos de la garantía de los derechos porque es lo que podríamos recoger en lo que también en América Latina se le viene llamando el Buen Vivir.
El desarrollo no puede ser sobre la base del crecimiento económico planteado desde la mentalidad neoliberal, o sea de lo que ha implicado los últimos gobiernos neoliberales que han desarrollado todas estas teorías en el mundo; en América Latina; en Chile cuando empezaron esta práctica en Chile o en Colombia incluso, a partir de la apertura económica. Tiene que ser, insistimos, sobre la base de la satisfacción de los derechos de las personas, de toda las comunidades campesinas, de los pueblos indígenas, de las comunidades afro, de toda la sociedad colombiana y cuando hablamos de buen vivir estamos refiriéndonos a que la gente pueda hacer ejercicio de sus derechos y que el crecimiento y el desarrollo vayan en función del desarrollo humano -y no estamos diciendo a las teorías de la ONU-, pero si es el buen vivir a eso es a lo que se relaciona, a que la gente pueda tener acceso a la educación, a que la gente pueda tener acceso a la salud, a que la gente pueda tener vivienda, a que la gente pueda tener un trabajo digno con salarios dignos. Bueno, en general, lo que hoy decimos buen vivir.
Nuestra idea fundamental es una sociedad justa. Hemos hablado de una sociedad socialista, no renunciamos a esos principios, como a ese objetivo final, pero necesitamos que se vayan dando unas etapas. Por eso hemos hecho esta lucha tan prolongada a lo largo de más de 50 años, una lucha armada, pero que como las FARC ha contemplado que no solamente existe esa vía. Es decir, nos obligaron a tomar las armas, pero no es la única ruta posible, entonces por eso hoy estamos explorando esta, donde creemos que debe vincularse toda la sociedad colombiana, todos los movimientos sociales, todo el movimiento popular.
Y frente a lo que usted me está diciendo, bueno, lo que ha sucedido en Venezuela, en Ecuador y en Bolivia, pues el tema de los recursos naturales tiene que estar en función de la sociedad, en función de las mayorías porque tampoco es la idea de que entremos en un puritanismo de que no se pueden explotar. Lo que hay es que buscar que cause el menor daño y eso se puede, lo puede hacer cualquier sociedad, cualquier gobierno cuando tiene los recursos en función del desarrollo de su sociedad y no de los intereses económicos de los poderosos, o de los monopolios o de las transnacionales; se puede explotar la minería, se puede explotar los recursos naturales como el petróleo, claro, de manera racional, cuidando la naturaleza y que vaya en función del desarrollo para la sociedad.
RC: Una pequeña acotación en aras de construir un buen debate: en Colombia ahora hay un ejercicio sobre las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) y este ejercicio ha tenido un debate en ciertos escenarios y es que pensándose que las ZRC pudieran ser un espacio para fortalecer la economía campesina familiar y para fortalecer las economías locales y la agroecología, se han visto como en algunos espacios de las ZRC se siguen planteando proyectos de extractivismo alrededor de ganadería extensiva, el caso de las bufaleras, que generan un fuerte impacto ambiental; el tema de extractivismo alrededor de la madera y sigue habiendo extracción minera. Sabemos que, como dice Álvaro García Linera, no puede haber ese puritanismo. Sin embargo, estas dinámicas que se están dando, según algunos teóricos, se encajan en modelos de extracción. La pregunta puntual es: ¿Tiene las FARC hoy una propuesta sobre técnicamente un modelo alternativo? ¿Lo están estudiando, lo están desarrollando? Que se pueda presentar en el caso de su participación política como propuesta.
VP: Mira que en el acuerdo agrario, por ejemplo, estamos hablando de la economía campesina y comunitaria y la economía familiar; estamos hablando desde las bases de las UAF, o sea, de las Unidades Agrícolas Familiares; estamos hablando desde de la garantía de la soberanía alimentaria y seguridad alimentaria, porque el gobierno plantea la seguridad y nosotros la soberanía alimentaria y en el acuerdo están contemplados los dos conceptos. Por supuesto, el desarrollo de una sociedad está garantizado sobre la base de su sistema alimentario, de su sistema de producción, de poderse abastecer, yo no sé cómo le llamaran a eso, está planteado incluso en los lineamientos que hemos hecho para la constituyente pero que en la medida y si por supuesto que es una propuesta fuerte nuestra, la de las ZRC y es una propuesta porque ha sido recogida de las comunidades, pero no sobre la base del extractivismo, es sobre la base de la producción campesina. Creemos también que no es hacer de las alianzas que pretenden hacer a través de las Zidres, no es eso el esquema que estamos planteando, pero que si tiene que haber una alianza entre el capital, no el capital financiero sino la burguesía nacional que puede producir comida por ejemplo, y los pequeños y medianos productores y productoras de alimento; eso es posible. No nos cerramos, cuando nosotros decimos sobre la parte esta extractiva hablando de la minería, de los recursos energéticos, no nos estamos refiriendo que ese tiene que ser la línea de la producción o el desarrollo económico en Colombia, lo primero que tiene que garantizar es desde la alimentación y decíamos, cómo hacer que una ZRC o una zona campesina de producción de alimentos sea rentable para las comunidades, les genere que puedan sacar sus productos, incluso, a partir de que a través de los municipios se generen espacios de abastecimiento, o sea, que los mismos municipios puedan consumir, que se genere un mercado interno local, porque si no el traslado, el transporte, todo esto se hace muy costoso: no es justo que desde Bogotá estén llevando productos alimenticios hacia las regiones periféricas, o hacia Buenaventura, o hacia Tumaco, o hacia el Tolima, o hacia la Costa; no es justo, cuando eso podría hacerse desde las mismas regiones donde se pueden producir. La gran fortuna que tiene Colombia, que es una fortaleza los distintos pisos térmicos y la riqueza climática que tiene que le posibilitaría hacer este tipo de producciones.
Y eso por supuesto iría en beneficio de lo que producen las comunidades, en poder tener una alimentación sana. Puede que la agroecología, que es el ideal, así sea muy costoso como para decir lograr abastecer el mercado colombiano y mucho más para pensarlo para afuera, poder exportar. Pero en inicio tiene que haber una práctica sana, de producción de un alimento sano, variada, diversa, acorde con las costumbres de las comunidades y de los diferentes grupos poblacionales que existen en Colombia, que podría contribuir y podría ayudar. Sin embargo, no es que sea una propuesta acabada, acuérdese que nosotros presentamos inicialmente las 100 propuestas mínimas para el tema agrario que no fueron recogidas todas y que es necesario seguirla ampliando, debatiendo y que hay que ir enriqueciendo en la medida en que haya avance del movimiento social y haya avance en el debate de construir un modelo de desarrollo alterno, un bloque de poder distinto, que posibilite una Colombia distinta, viable y en paz con justicia social
RC: Una última pregunta: tú has planteado que la mujer es un pilar muy importante en el tema de la lucha por la transformación y cuando uno habla del campo uno sabe que ahí, en el campo por los vestigios de la guerra el papel de la mujer ha sido muy importante porque es quien se ha quedado sosteniendo muchas veces los hogares. Nosotros sabemos que en este momento las FARC hace algunos avances alrededor de las luchas de la mujer o lo que tu planteabas sobre los feminismos y sus luchas. ¿Cuáles son los postulados o desarrollos principales que han hecho allí?
VP: Eso es muy amplio pero cabe señalar que este proceso nos ha posibilitado muchísimas cosas. Las FARC es una organización insurgente con más de 52 años de lucha armada, en que hemos hecho varios intentos de construir la paz de llegar a acuerdos políticos pactados; pero también hemos tenido una confrontación permanente con una clase dirigente muy fuerte y que hacemos parte de ese movimiento popular colombiano, del movimiento social, armado, en el caso nuestro, no siempre hemos tenido las oportunidades de poder debatir puntos, que no es que no sean importantes, pero no siempre son los más urgentes. En nuestro caso, el desarrollo de la guerra. Entonces, para el caso de la mujer, indiscutiblemente es un tema muy importante en el movimiento social y en el mundo y en toda la sociedad, pero las urgencias nuestras, las urgencias de la guerra no nos había dejado abordarlo con toda la magnitud que debía abordarse.
Empezando porque las mujeres en las FARC hemos estado presentes o han estado presentes desde los orígenes mismos de la organización: antes del 64 las mujeres hacían parte de la resistencia, estamos hablando de la guerra del 48, de la violencia del 48 en adelante, cuando las comunidades campesinas eran agredidas por los pájaros, los chulavitas, por toda la violencia estatal de ese momento, que sigue siendo la misma de ahora; las mujeres peregrinaron en los montes, en las montañas con sus familias, con sus maridos, con sus hijos, con sus pequeños enseres y luego cuando viene la época de fundar estos asentamientos campesinos, como fue el de Marquetalia, Río Chiquito, El Guayabero, El Pato, todo esto, ahí estaban las familias, ahí estaban las mujeres, donde ellas trabajaban organizadas en comités femeninos, para fundar sus comunidades, centros de salud, las escuelas, alfabetizaban pero también se formaban políticamente.
Cuando viene la resistencia, fueron poquitas las mujeres que quedaron, en la resistencia, pero estuvieron; incluso como uno o dos meses del ataque a Marquetalia murió una de esas compañeras, se llamaba Georgina Ortiz de un tiro de 0,50; estaba Miriam Narváez que murió en el 67 en una emboscada tendida por el ejército, y así muchas de ellas. Entonces la mujer siempre ha estado presente. ¿Qué es lo que ha ocurrido?, que las condiciones de la guerra ha hecho un poco inestable la presencia nuestra, entonces las mujeres entraban y salían, en esos años no había métodos de planificación, entonces llegaban los hijos, no uno, varios… porque se hacía muy complicado tener creaturas y estar en medio de la confrontación, entonces entraban y salían, muchas mujeres del 70 al 80 unas entraban y otras salían. Con algunas excepciones, hay algunas mujeres que todavía persisten de esa época del 70 en adelante, tenemos camaradas como Érica Montero que está del 78 u otra camarada Eliana que esta como desde el 76 es la más antigua de las FARC, de las mujeres y luego ya en el 80 se viene un ingreso masivo en la organización, de mujeres.
No obstante que aportamos ese contingente de mujeres, aportamos a las FARC. Decía Jaime Guaracas en un libro reciente que publicó “sin las mujeres las FARC no existiría”. Pues yo creo que hoy día ningún movimiento existiría sin las mujeres, no solamente las FARC, y no sería lo que somos hoy en día, es cierto. Yo rescato mucho el papel que hemos jugado las mujeres farianas desde los años 80, 90 y 2000, del 2000 para acá y desde siempre, por ejemplo en el 80 las mujeres que ingresaron, acuérdese que había una tregua desde el 83 prácticamente al 90 y hubo muchas mujeres y había confrontación pero no era tan generalizada como la que hubo después en el 90 y sobre todo la que hubo desde el 2002 para acá y desde el 2002 para acá las mujeres resistieron toda esa arremetida y hombro a hombro con los hombres pelearon en la resistencia, en la confrontación armada (utilizando un término vulgar) sin arrugársenos absolutamente nada. Yo me atrevería a decir que incluso las mujeres resistieron más esta etapa de confrontación que los hombres, pero es un poco pretensioso, eso lo vamos a demostrar más adelante cuando veamos en materia de deserciones, por ejemplo, quiénes desertaron más, si hombres o mujeres, pero desde mi experiencia me atrevo a decir que resistieron más las mujeres. No lo generalizo, pero si puedo hablarlo en el área donde me moví, de donde vengo, de donde estoy, desde donde he operado todos estos años, las mujeres resistieron más, entonces, a tal punto de que en las FARC somos el 40% de la fuerza guerrillera. ¿Eso qué implica?, pues que tenemos que hacer unos debates en torno al tema de mujer porque no es lo mismo, si bien es cierto nosotras en la organización tenemos una igualdad de derechos que los hombres, tenemos el mismo reglamento, los mismos derechos, nos trae unos beneficios pero también nos trae unas complicaciones. Por ejemplo, mi fuerza como mujer no es la misma como la de un hombre, regularmente no es la misma, hay veces que encontramos a chicas que tienen más fuerza que un hombre pero no es la generalidad, sin embargo el cuento de la igualdad nos llevaba a cargar lo mismo, si un hombre cargaba dos arrobas la mujer cargaba dos arrobas de peso, si eran cuatro arrobas algunas podían con las cuatro arrobas no todas podíamos, pero eso nos hacía exigir más, eso también nos trae unas complicaciones de salud a las mujeres. Abordar esos temas: el tema de la planificación; el tema del aborto; que es un derecho para las guerrilleras, que lo defendemos pero, por las mismas condiciones de la guerra, no siempre se efectúan las mejores condiciones para la salud de las combatientes. Eso empezó a generar una serie de debates internos, eso aquí en la mesa, aquí en el proceso de paz con ese ataque que nos hizo en enemigo, o que nos ha venido haciendo alrededor de desvirtuar nuestro papel en la organización y de conocer las experiencias de las mujeres colombianas alrededor de las luchas por sus derechos pues nos entró a definir un debate que hoy sigue vigente en el movimiento revolucionario y el movimiento popular a nivel internacional y digo sobre todo el movimiento revolucionario porque hubo mucho tiempo la idea de que el tema de la mujer, y lo compartimos, pero no es suficiente, como lo planteaba Lenin o planteaban las rusas o muchas feministas de la época, especialmente partidos comunistas y partidos revolucionarios de ese momento, que en el momento en el que se librara una batalla por el conjunto de la sociedad, cuando hablamos de la dictadura del proletariado, a medida que la clase obrera, la clase trabajadora, el campesinado tomara el poder, con eso se liberaba a la mujer de sus ataduras a las cuales habían sido sometidas. Pero la practica demostró que no fue cierto; bueno las mujeres en la revolución socialista efectivamente, en la revolución de octubre, efectivamente conquistaron muchísimos derechos, pero no fue cierto que se libraron de todas las ataduras que traían de la vieja sociedad, porque si bien es cierto la mujer ganó en posibilidades de trabajo, en independencia económica a partir de su salario, en formación, en acceso a la formación, etcétera, igual sigue siendo discriminada y la práctica es que hoy sigue siendo discriminada en sociedades capitalistas.
En Colombia por ejemplo las mujeres tienen mayor formación académica que los hombres pero ganan menos salario que los hombres; eso de los feminicidios, la violencia contra las mujeres es un aspecto gravísimo en Colombia y no solamente en Colombia, en todo el mundo. Entonces todas estas discusiones, no más aquí en la sociedad cubana las mujeres han ganado cualquier cantidad de derechos, los ha hecho realidad, pero hay otras que no han sido posibles, más del 70% del personal científico son mujeres, pero esas científicas tienen que llegar a sus hogares a revisar las tareas de sus hijos, a poner a hacer los frijoles, poner a preparar la comida porque aquí no hay ese cuento de servicio doméstico como lo hay en Colombia. Entonces cuando regresan a la casa esas mujeres tiene que atender a su familia, a preparar la comida porque no hay un criterio de compartir esas tareas que son propias de los hogares, eso significa y demuestra que la mujer aún no ha logrado la verdadera emancipación.
Y por eso es necesario que abordemos esos debates y eso es lo que hemos hecho al interior de las FARC, entonces hemos empezado a estudiar la realidad de las mujeres colombianas, la realidad de las mujeres luchadoras, o sea del movimiento popular, la realidad de las iniciativas de las distintas plataformas que plantean las mujeres colombianas, que no es homogéneo, que hay muchísimos intereses, porqué, pues refleja un poco el problema de la falta de unidad que hay en el movimiento popular. Pero también refleja otro fenómeno bien complejo y es que los movimientos sociales, los movimientos populares, los movimientos de izquierda, no han estado a la altura de las propuestas, de las iniciativas, de llenar las expectativas a la lucha de las mujeres y entonces ha sido la socialdemocracia, ha sido la institucionalidad y la cooperación internacional la que ha acogido a las mujeres por su cuenta y las ha moldeado a sus intereses, las pone en función de sus intereses. Entonces eso es falla del movimiento popular, del movimiento social, por qué, pues por concepciones machistas, patriarcales, por actitudes patriarcales también y todo esto se ha visto reflejado en la organización y hemos dicho que las guerrilleras hemos ganado unos espacios impresionantes, que sabemos, es una de nuestras preocupaciones, los espacios que hemos ganado las guerrilleras sabemos que la sociedad colombiana actual no está en condiciones de garantizárnoslas en ese paso que debemos dar hacia la construcción de la paz. Eso lo sabemos, sabemos que vamos a tener una gran pérdida, mientras construimos esa nueva sociedad, pero nos estamos apostando todo por la paz y queremos con nuestra experiencia, con nuestra formación aportar en la sociedad colombiana, en los territorios de paz, con las mujeres, con las organizaciones sociales y queremos construir una concepción feminista, propia, clasista, revolucionaria, desde las mujeres, desde las mujeres populares, desde esas mujeres luchadoras que están en las barriadas, en las comunas pero que también están en el campo, que están las mujeres afro, las mujeres indígenas, las mujeres campesinas, con todas las mujeres colombianas, con todas las mujeres trabajadoras.
Que podamos identificarnos en unas plataformas de lucha que nos posibilite avanzar, pues, en general avanzar, entonces esos estudios los hemos hecho y por supuesto desde nuestra concepción marxista, clasista y nuestra experiencia, pero eso no implica que será nuestra imposición, estamos planteando debates y lo hemos hecho a través de las audiencias de género y hemos avanzando, hemos hecho cosas bien interesantes y vamos construyendo.
RC: Bueno Victoria muchas gracias. Nos gustaría hacer más preguntas pero no hay tiempo. ¿Tienes algunas palabras para terminar esta entrevista?
VP: Queremos enviar nuestro reconocimiento a todas esas iniciativas que surgen desde la base, que van dirigidas a fomentar el desarrollo de las comunidades, a garantizar el crecimiento del ser humano, de las mujeres y de los hombres, a lograr la reconciliación a partir de la satisfacción de los derechos de las comunidades, de las mujeres y de la juventud, de los hombres y de una cosa que nos parece muy importante y es la confluencia de todas esas expresiones sociales y humanas que tiene Colombia. Estamos hablando de las comunidades del campo pero también de las comunidades urbanas, eso es lo que es construir paz hoy y está reflejado como esa gran alianza que debe haber entre esas comunidades las del campo porque queremos que sea un campo prospero, y cuando hablamos prospero no es desde el punto de vista de las multinacionales sino desde la concepción del buen vivir de las comunidades que habitan el campo; que sea productivo vivir en el campo, que enamore pero también que haya esa relación entre el campo y la ciudad.
A todas las mujeres, que tienen un papel de liderazgo, que es muy importante, a mí me enorgullece enormemente, porque yo soy feminista siento que tengo un compromiso con las mujeres colombianas y cuando tenemos la oportunidad y la posibilidad de ver mujeres luchadoras y hombro a hombro con jóvenes y hombres luchadores es que bueno, entonces hay que estudiar mucho esa compaginación de las luchas feministas con las luchas de toda la sociedad, hay que trabajar mucho lo de las nuevas masculinidades que nos posibilite crear unas relaciones entre hombres y mujeres justas, igualitarias, en equidad, con respeto, sin la supremacía de un sexo, o un género, o una identidad o una diversidad sobre la otra.
Un abrazo